Conflicto
- Intervención Norteamerica
- 10 abr 2019
- 3 Min. de lectura

En noviembre de 1845, el presidente James K. Polk envió al diplomático John Slidell a México para negociar una modificación de las fronteras, a cambio de la asunción por el gobierno de Estados Unidos de las reclamaciones de los ciudadanos estadounidenses contra México, y también para hacer una oferta de compra de California y Nuevo México.
Las autoridades mexicanas rechazaron negociar con Slidell a pesar de su debilidad interna, fruto del enfrentamiento abierto entre liberales federalistas y conservadores centralistas y del tesoro agotado tras la guerra en Texas y la llamada guerra de los Pasteles, y del hecho de haber sofocado la sublevación de Yucatán y otros intentos secesionistas en Sonora y Tamaulipas. Además, el gobierno mexicano estaba totalmente pendiente de pronunciamientos militares, de distinto signo, que debilitaban su posición y su cohesión militar. Simultáneamente, tropas estadounidenses al mando del general Zachary Taylor avanzaron hacia la desembocadura del río Grande del Norte (río Bravo), que Texas consideraba su frontera meridional. México, que reclamaba como auténtica frontera el río Nueces (al noreste de río Grande del Norte), consideró la maniobra del ejército de Taylor como un acto de agresión, por lo que en abril de 1846 envió tropas hacia esa zona. A su vez, el presidente Polk afirmó que el avance mexicano era una invasión del territorio de Estados Unidos y presionó en el Congreso, que declaró formalmente la guerra a México el 13 de mayo de 1846. México, por su parte, hizo el 7 de julio de 1846 su propia declaración de guerra.
El plan de la campaña militar estadounidense constaba de tres objetivos: la invasión del norte de México llevada a cabo por Taylor; la ocupación de Nuevo México (agosto de 1846) y California (julio de 1846) por tropas al mando del coronel Stephen Watts Kearny; y, por último, el bloqueo de las costas mexicanas. Incluso antes de que se declarara oficialmente la guerra, Taylor ya había derrotado a los mexicanos en las batallas de Palo Alto (8 de mayo de 1846) y Resaca de la Palma (9 de mayo), obligándoles a retroceder hacia el río Grande del Norte; sólo entonces se adentró en México, ocupó Matamoros (en Tamaulipas) el 18 de mayo, conquistó Monterrey (24 de septiembre) y se enfrentó a las fuerzas mexicanas, al mando del general y presidente Antonio López de Santa Anna, en la tenazmente disputada batalla de Buena Vista (22 y 23 de febrero de 1847). Kearny ocupó lo que hoy es Nuevo México, e, internándose en California, participó en la conquista de ese territorio. Bajo el mando del capitán John Drake Sloat y del capitán John Charles Frémont, California ya había declarado su independencia de México, siendo declarado en julio de 1846 territorio de Estados Unidos.
A pesar de estas victorias estadounidenses y del éxito del bloqueo, México se negó a reconocer su derrota, por lo que Estados Unidos decidió enviar una expedición militar para conquistar la capital mexicana y poner así fin a la guerra.

Tras un prolongado y cruento cañoneo de la ciudad, las tropas estadounidenses al mando del general Winfield Scott, que había desembarcado el 9 de febrero con 13.000 hombres, conquistaron Veracruz (29 de marzo de 1847) y derrotaron a los mexicanos —que al mando del general Santa Anna le esperaban— en Cerro Gordo, y posteriormente en Contreras y Churubusco. Más tarde, ocuparon Casa Mata y Molino del Rey; y, a continuación, tomaron al asalto el castillo situado en el cerro de Chapultepec —a pesar de la tenaz resistencia de los cadetes del Colegio Militar, popularmente conocidos como los Niños Héroes—, ruta de acceso a la ciudad de México, que cayó el 14 de septiembre de 1847.
コメント